Hoy es siempre todavía


Desde que siendo niños empezamos los procesos educativos, vamos recibiendo y acumulando gran cantidad de conocimientos. En los colegios, universidades, centros de formación profesional, másteres y doctorados, tradicionalmente se han preocupado por hacer de sus alumnos técnicos competentes.

Sin embargo, cuando a la gente se le pregunta por sus problemas y dificultades laborales y personales, raramente responde con cuestiones técnicas. El 90% de los encuestados, responden con aspectos emocionales, que en general, nadie nos ha enseñado a afrontar. La actitud ante la vida es una de esas cuestiones fundamentales que nadie nos ha enseñado a desarrollar.

Julia, la protagonista de esta novela, debido a diferentes avatares que han ocurrido en su vida, se siente en un estado de infelicidad permanente. No es consciente de su actitud ni de sus consecuencias y, por esa misma razón, no hace nada para mejorar. Sin embargo, una casualidad, le brinda la oportunidad de conocer a una persona que por medio de su influencia positiva la ayuda a CAMBIAR DE ACTITUD y avanzar por un camino de mejora que le permite dejar de sentirse víctima y empezar a sentirse cinceladora de su propio destino.