“De muchas de nuestras ideas no nos habríamos enterado jamás si no hubiésemos mantenido conversaciones con otros”
Noel Clarasó
Aunque en algunos momentos podamos incluso llegar a olvidarlo, hoy hace dos meses nos encontrábamos todos y todas en lo más profundo y oscuro del confinamiento.
Hace unas semanas se empezaron a abrir poco a poco las mirillas de nuestras casas, luego las ventanas y por último las puertas… y con cierto miedo y mucha precaución fuimos “saliendo a la calle” y abrazándonos paso a paso a esa mal llamada “nueva normalidad”.
Desde hace ya unas semanas, estoy teniendo la fortuna de compartir talleres con muchos grupos de organizaciones diferentes, con algunos de manera on line y con otros de manera presencial, con la finalidad de analizar lo que han supuesto estos meses para el individuo y para el colectivo e identificar así recursos que nos ayuden a poder continuar haciendo las cosas todavía mejor en el futuro.
Se han tratado de conversaciones centradas, atentas, íntimas, exigentes, responsables, emocionantes, profundas, diseñadas para realizar una relectura compartida de cómo hemos vivido estas semanas a nivel individual, a nivel de equipo y como organización.
Creo que en este momento estamos en una situación de transición. Vamos caminando por un puente en el que dejamos atrás la dureza de estos meses vividos y desde el que ya empezamos a ver la luz de otro escenario, incierto por lo desconocido pero en el que nos esperan nuevos retos e ilusiones.
Por eso creo que antes de llegar a ese futuro que nos espera, debemos parar para analizar los distintos estados emocionales que hemos vivido, destacar todo aquello que hemos hecho bien, que ha sido mucho, identificar lo que hemos aprendido y lo que queremos fortalecer de cara al futuro. Celebrar lo logrado y reconocer los esfuerzos.
Se trata de una reflexión para el reconocimiento, la celebración y acción entre el pasado y el futuro.
Estas conversaciones compartidas con colectivos totalmente diferentes me han enseñado y me están enseñando mucho. Me han enseñado:
– Que como colectivo también somos vulnerables. Creíamos que estas cosas sólo pasaban en otros lugares o a otras comunidades.
– Que tenemos una capacidad de adaptación muy superior a la que creíamos.
– Que en general las personas en su trabajo han querido dar su mejor versión.
– Que cuando sumamos nuestras fuerzas logramos resultados maravillosos.
– En esta situación hemos puesto a las personas por delante de todo.
– Hemos desarrollado nuestra creatividad.
– Que la gente ha tratado de cuidarse mutuamente.
– Que las emociones vividas han sido compartidas.
– Que tenemos mucho y a muchos a los que reconocer y agradecer.
– Que hemos recordado lo verdaderamente importante. Abrazos, cafés en la máquina, incluso, las bromas de los compañeros, el ruido del pasillo…
– Que ha sido un momento determinante para reforzar liderazgos y que el que no ha estado a la altura, se ha caído.
– Que era el momento de practicar el servicio.
– Que para las mujeres que trabajamos y tenemos hijos el esfuerzo ha resultado en general todavía mayor.
– Que el que antes sólo pensaba en sí mismo o en sí misma, continuó haciendo lo mismo pero al cuadrado.
– Etc…
Pero también quiero recordar que todavía hay mucha presión, mucho cansancio y mucha tensión acumulada dentro de la mayoría de la gente y que todo eso tendrá que salir antes o después y que si nosotros no ayudamos a gestionar ese proceso, todo ese nudo saldrá cuando no tiene que salir y donde no tiene que salir.
En estos días, más que en cualquier otra época, el cometido de los que trabajamos con personas consiste en dar luz y foco a las personas con las que trabajamos.
Para ello debemos dedicarles tiempo, acompañarles, hacerles preguntas poderosas que les inviten a la introspección, ofrecerles nuestro tiempo, nuestra comprensión… porque esto todavía no ha terminado…
Por eso, a todos aquellos que lideráis personas, por muy cansados que estéis y que se que estáis, os pido que echéis el resto y que antes de terminar de cruzar ese puente, os aseguréis de mantener esas conversaciones a tiempo y dejéis encauzado el camino al futuro.