Tuve la suerte de conocer a María José Bidaurreta, CEO de GAME.SA hace aproximadamente dos años.
Lo primero que recuerdo de ella es que en su cabeza tenía una gran revolución pero justo en el centro de esa misma revolución también tenía una visión nítida de a dónde quería conducir la organización que dirigía y lo que necesitaba para ello.
Quería promover un cambio de cultura organizativa empezando por generar un cambio en el estilo de dirección, de más tradicional a más participativo.
Su meta era que las personas se sintieran partícipes del proyecto, que compartieran una visión, unos objetivos comunes y un estilo de hacer las cosas. Sabía también que para ello necesitaba un Equipo de Dirección que compartiera la misma visión y la misma pasión por llevar a cabo aquella transformación.
Eligió a las personas priorizando el conocimiento, la entrega, el compromiso y el afán de mejora. Las formó y entrenó, pero sobre todo creyó en ellas.
Identificó el talento que había en la organización y el talento que necesitaba incorporar y desarrollar, y movida por este convencimiento, no paró hasta que Joseba Badiola fue parte del equipo. Joseba trajo además de mucho conocimiento, habilidades y competencias complementarias.
Como en su día hicieran Serrat y Sabina, juntos han logrado hacer un gran “mano a mano”.
Ningún cambio resulta fácil, y menos todavía una transformación de semejante calado que todavía sigue en marcha, pero esta semana he tenido la suerte de volver a estar con ellos y cuando los miro, siento admiración por el gran trabajo que juntos han hecho y están haciendo y gratitud por dejarme ser parte de este camino.
Además siento orgullo de que las instituciones y organizaciones vascas, en este caso la Diputación de Gipuzkoa y la Cámara de Gipuzkoa apoyen con financiación, esfuerzo y apoyo estos recorridos.