Las situaciones en las que es necesario dirigir y dinamizar equipos de trabajo están presentes en todos los ámbitos de la vida empresarial y social. La eficiencia de los resultados de una sesión de trabajo depende en gran medida del análisis y preparación que hagamos, de su dinamización, así como del tipo de gestión que realicemos.
Muchas reuniones con colaboradores son ineficientes por falta de objetivos concretos, ausencia de un orden del día, falta de participación, ausencia de liderazgo, por salirse del tema, por ser demasiado largas pero, sobre todo, por la falta de preparación previa tanto por parte del responsable como de los participantes en las reuniones.
La “calidad” de las reuniones de colaboradores es hoy más que nunca un factor esencial en la optimización de la gestión del tiempo y en la eficiencia de la gestión directiva. Por ello, es importante y necesario entrenarse en la dirección y dinamización de equipos de trabajo, así como en la identificación de los factores estratégicos que configuran su estructura.
Todos somos conscientes de que las técnicas y procesos directivos están en profunda transformación y los modelos de poder y dirección anteriores no sirven ya para estimular, dirigir y liderar a personas y equipos. Por ello, una de las áreas en la que todo directivo debe ejercer un dominio cada vez más preciso es la de DIRECCIÓN Y LIDERAZGO DE PERSONAS Y EQUIPOS, materia de reconocido interés especialmente si se tiene en cuenta que una de sus principales funciones es la de dirigir con la mayor eficacia el equipo humano a su cargo.